El Campo en Bogotá, un tesoro escondido para la ciudad
Bogotá es una ciudad vibrante y llena de oportunidades urbanas, lo que pocos conocen es que gran parte del territorio capitalino es rural. La conexión entre campo y ciudad es esencial para el bienestar de todos sus habitantes, desde el aire que respiramos hasta la comida que consumimos.

La Importancia del Campo para la Ciudad
El campo no solo es un espacio donde se cultivan alimentos, sino que desempeña un papel fundamental en la protección de los recursos naturales. En Bogotá, el 0.2% de la población vive en áreas rurales, las cuales garantizan la provisión de varios servicios ecosistémicos para toda la ciudad. Entre estos servicios destacan:
- Producción de agua: Las áreas rurales son esenciales para la preservación de fuentes hídricas que abastecen a la capital.
- Producción de oxígeno: Los ecosistemas de bosque y páramo ayudan a purificar el aire que se respira en la ciudad.
- Cultivo de alimentos: En las localidades rurales de Bogotá se siembran productos frescos que abastecen los mercados locales.
- Preservación de la biodiversidad: Zonas como el páramo de Sumapaz protegen flora y fauna vital para la región.
Aunque la mayor parte de la población de Bogotá reside en áreas urbanas, el campo sigue teniendo un papel significativo. De acuerdo con el Censo Rural del Distrito, 16.787 personas distribuidas en 4.353 hogares habitan las zonas rurales de la ciudad. Estas comunidades se encuentran en 8 de las 20 localidades de Bogotá, siendo Ciudad Bolívar, Usme y Sumapaz las más representativas. Las cifras de hogares en estas localidades son las siguientes:
- Ciudad Bolívar: 1.368 hogares
- Usme: 1.320 hogares
- Sumapaz: 773 hogares
Sumapaz, además, destaca por su gran extensión territorial: 78.095 hectáreas equivalentes al 63.8% del área rural de la ciudad. Este territorio conecta importantes ecosistemas como el bosque alto andino y zonas de páramo, cruciales para la regulación del clima y la conservación del agua.
Descubrir y valorar la conexión entre el campo y la ciudad es un paso hacia un modelo de vida más equilibrado. Así que la próxima vez que disfrutes de agua fresca o alimentos locales, recuerda que todo empieza en las montañas, páramos y campos de Bogotá.